APARATO DIGESTIVO DEL CABALLO
- riquerbr
- 11 oct 2020
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DIGESTIVO POSTDIAFRAGMATICO DE EQUINO
El Equino al igual que carnívoros poseen estómago simple, razón por la que se conocen como “MONOGASTRICOS”.

El sistema digestivo equino está diseñado para procesar pequeñas pero frecuentes cantidades de comida al día y absorberlas para producir energía. Aunque esto sea idéntico en el resto de las especies (perros, gatos, cerdos, vacas y el ser humano), el sistema digestivo del caballo es más propenso a padecer trastornos que los demás.

En la naturaleza, los caballos recorren grandes distancias a lo largo de todo el día y la noche buscando el alimento, comiendo pocas cantidades, fundamentalmente pasto y pequeños arbustos, y seleccionando el forraje más inmaduro y fácil de digerir. Sin embargo, el hombre ha cambiado por completo este mecanismo de la naturaleza. Ahora los caballos se encuentran estabulados en cuadras o en paddocks en lugar de vivir en libertad y no pueden comer otra cosa más de lo que se les ofrece y en una menor frecuencia. Además, si se emplean para el deporte (ya sea competición o recreo), se les añade una carga de trabajo que requiere algo más que forraje para proveer suficiente energía. Para cubrir dichas necesidades extras, generalmente se utilizan piensos compuestos a base de cereales y grasas vegetales

Una alimentación demasiado energética, en grandes cantidades, escasa en fibra larga y con una muy escasa disposición al día (sólo 1 o 2 veces), son factores clave para la aparición de problemas y trastornos digestivos, tales como el cólico, las úlceras o la laminitis. Por ello, creo que para evitarlos es fundamental conocer primero cómo es y cómo funciona el tracto digestivo equino.
El aparato digestivo del caballo se subdivide en dos zonas:
-Intestino proximal (foregut): formado por: la boca, el esófago, el estómago y el intestino delgado.
-Intestino caudal o distal (hindgut): formado por: el intestino grueso, que a su vez lo conforman el ciego, el colon pequeño, el colon grande y el recto.
Es la gran olvidada. No hay que olvidar que el tracto gastrointestinal (y esto es válido para TODAS las especies) es un tubo abierto, tiene una entrada y una salida. La entrada tiene lugar en la boca, donde comienza la digestión gracias a la acción de dos procesos: uno mecánico (la masticación) y otro químico (la saliva). La acción de ambos procesos forman el bolo alimenticio, que es más fácil de tragar y así se protegen las paredes del esófago de la abrasión.
El caballo dispone de tres gládulas salivares que pueden llegar a producir casi 40 litros de saliva al día. La principal función de la saliva es la de humedecer la mezcla para facilitar su paso por el esófago y la de favorecer la digestión gracias a dos sustancias químicas: bicarbonato, que es un tampón que protege contra los ácidos en el estómago y amilasa, una enzima que rompe los enlaces del almidón.Incidentalmente, los cambios en la forma en que alimentamos a los caballos pueden tener una importancia relevancia en la dentadura, tema que veremos también más adelante.

Esófago
El esófago es un conducto de musculatura simple que mide entre 130 y 150 cm de longitud y que transporta el alimento desde la boca al estómago. Normalmente, cuando el caballo come forraje no suele haber problemas en este tramo del aparto digestivo. Sin embargo, cuando se les da cosas crujientes (zanahorias o manzanas), pueden atragantarse si no los mastican bien y como los caballos no tienen una buena capacidad de reflujo (no pueden vomitar, por ejemplo), puede ocasionar graves problemas.
Estómago
En relación al tamaño total del animal, el caballo posee un estómago muy pequeño, ocupando apenas el 10% del volumen de todo el aparato digestivo. Suele tener una capacidad de 8 litros aunque puede variar hasta los 16 l. Sin embargo, sólo funciona bien cuando está a 3/4 partes de su capacidad (otra buena razón por la que requieren pequeñas comidas en frecuentes tomas).
El tiempo de paso del alimento a través del estómago es muy corto, pudiendo salir la primera parte de la comida antes incluso de que el caballo termine de comer (unos 15 minutos aproximadamente). En él se segregan principalmente ácido clorhídrico, que rompe las partículas de mayor tamaño, y pepsina, la enzima encargada de digerir la proteína.
Estómago del caballo
Anatómica mente, el estómago se divide dos zonas:
No glandular:
En ella desemboca el esófago y justo al lado se encuentra la región saco ciego. Aquí es donde el ácido clorhídrico se mezcla con la comida ingerida y disminuye el proceso de fermentación que empezó en la boca del caballo con la liberación de azúcares solubles. Es importante que haya poca fermentación en el estómago ya que produciría gas y el caballo tiene muy poca capacidad para eliminarlo.
-Glandular: Separada de la anterior por el margo plicado, en esta zona se encuentran la región fúndica, en la que disminuye aún más la fermentación, y la región pilórica, donde el estómago se une al intestino delgado a través del píloro. En este punto ya no hay prácticamente fermentación, pero si una gran actividad proteolítica (digestión de la proteína).
Intestino delgado
Es un tubo que conecta que estómago con el intestino grueso y representa aproximadamente el 28% del total del sistema digestivo. Tiene una longitud que puede llegar los 20 m, un diámetro de 7 - 10 cm y una capacidad de hasta 45 l. Es aquí donde tienen lugar los procesos más importantes de la digestión. Aunque el propio intestino libera enzimas, el principal portador es el páncreas, que produce de manera exocrina (jugo pancreático): lipasas (grasas), proteasas (proteínas) y amilasas (hidratos de carbono) entre muchas otras. De forma endocrina el páncreas libera insulina y glucagón, entre otros, que controlan el nivel de azúcar en la sangre.
Los caballos no tienen vesícula biliar, por lo que la bilis (que ayuda a la absorción de las grasas) pasa directamente del hígado al intestino delgado.
Entre el 30-60% de la digestión y absorción de los carbohidratos y casi la total absorción de los aminoácidos tiene lugar en el intestino delgado, donde además se absorben las vitaminas A, D, E y K, así como muchos minerales como el calcio y el fósforo.
Normalmente la comida tarda entre 30 y 90 minutos en recorrer todo el intestino delgado.





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